Vuelvo de una semanita de vacaciones que he pasado en Galicia. Hacía muchísimos años que no visitaba esa zona y ya nos apetecía.
Probamos casi todos los platos típicos, acompañados de vinos de Ribeiro o Albariño.
También degustamos los célebres churros con chocolate de "Bonilla a la vista".
Vimos muchos cruceiros
Maravillosas playas de arena blanca
y me permití subir los 235 escalones del faro más antiguo del mundo en funcionamiento, la Torre de Hércules, en La Coruña, para disfrutar de unas vistas maravillosas.
Me encantó la llamada Playa de las Catedrales, en Ribadeo (Lugo), con las características cuevas y arcos apreciables solo durante la bajamar. Está declarada Monumento Natural con toda la razón del mundo y desde hace un par de años sólo se puede acceder en verano con un pase telemático, debido a la gran cantidad de visitantes que recibe.
De Patchwork no encontré nada, sólo me llamaron la atención estos escaparates tan curiosos. Uno en Ribadeo, donde se celebraba el Ribadeo Indiano, una fiesta que pretende exaltar los episodios de emigración gallega vividos en épocas no muy lejanas
Y éste de una mercería en Ferrol con una máquina de coser antigua y un libro de patrones de costura que me pareció de lo más original.
Por supuesto, no podemos olvidar el Encaje de Bolillos, una técnica de entretejido de hilos que da lugar a unos trabajos bellísimos, muy famosos sobre todo en Camariñas (La Coruña).
Y andando, andando (es un decir...) llegamos al punto kilométrico cero del Cabo Finisterre, que los romanos creían que era el punto más occidental del mundo conocido.
Y ya, en casita, a continuar pasando el verano... y el tiempo entre costuras.
