Como cada año, los Reyes Magos se portan muy bien conmigo. Aquí les enseño algunas de las cositas que más me gustaron: Aparte de un móvil nuevo con el que todavía estoy "batallando", unos libros para que me anime a leer (sobre todo en italiano), unas telitas y un dedal supersónico y el kit de Bessones para hacer un Belén (que ya será para este año...)
Nada más terminar de recoger los regalos de Reyes, hicimos las maletas para viajar a Avila y Toledo. Yo iba preparada para el frío, aunque tuvimos suerte porque la verdadera ola de frío y nieve llegó a la Península justo después de nosotros regresar a Tenerife.
En Avila todo gira en torno a Santa Teresa, y lo mejor, las yemas que me encantan, pero no hay que pasarse.
La Muralla que rodea el centro histórico es impresionante y una de las que mejor se conservan en Europa.
En una de las visitas que hicimos al castillo de Arévalo, me pude vestir de dama medieval, ja, ja...
En el mismo hotel donde nos alojamos me tropecé con la Victoria de Samotracia (ya que el original no lo pude ver cuando fui a París...)
y también pude fotografiar (desde la guagua) a los mismísimos Toros de Guisando
En Toledo me impresionaron no sólo el Mazapán, sino el Damasquinado, un trabajo de artesanía que consiste en la realización de figuras y dibujos mediante la incrustación de hilos y láminas de oro y plata en acero o hierro. El nombre hace referencia a la ciudad siria de Damasco.
Me permití el caprichito de comprar esta preciosidad de miniatura de máquina de coser que Damita enseguida fue a "golifiar".
Toledo me pareció una ciudad preciosa, llena de historia y con muchas cosas que ver y disfrutar.
En el próximo post, ya les muestro cosas "más serias", ja, ja...
Nada más terminar de recoger los regalos de Reyes, hicimos las maletas para viajar a Avila y Toledo. Yo iba preparada para el frío, aunque tuvimos suerte porque la verdadera ola de frío y nieve llegó a la Península justo después de nosotros regresar a Tenerife.
En Avila todo gira en torno a Santa Teresa, y lo mejor, las yemas que me encantan, pero no hay que pasarse.
La Muralla que rodea el centro histórico es impresionante y una de las que mejor se conservan en Europa.
En una de las visitas que hicimos al castillo de Arévalo, me pude vestir de dama medieval, ja, ja...
En el mismo hotel donde nos alojamos me tropecé con la Victoria de Samotracia (ya que el original no lo pude ver cuando fui a París...)
y también pude fotografiar (desde la guagua) a los mismísimos Toros de Guisando
En Toledo me impresionaron no sólo el Mazapán, sino el Damasquinado, un trabajo de artesanía que consiste en la realización de figuras y dibujos mediante la incrustación de hilos y láminas de oro y plata en acero o hierro. El nombre hace referencia a la ciudad siria de Damasco.
Me permití el caprichito de comprar esta preciosidad de miniatura de máquina de coser que Damita enseguida fue a "golifiar".
Toledo me pareció una ciudad preciosa, llena de historia y con muchas cosas que ver y disfrutar.
En el próximo post, ya les muestro cosas "más serias", ja, ja...